Vuelta a clases: escolaridad y discapacidad motora

Vuelta a clases: escolaridad y discapacidad motora

Nuevamente comienzan las clases y para muchas familias la “lucha” diaria con el transporte, la escalera, la maestra, la directora, el profe de gimnasia, los compañeritos, los padres de los compañeritos, sus hijos y, por qué no, con sus propios sentimientos encontrados.

En esta nota trataremos de darles algunas ideas y sugerencias para el mejor manejo de las diferentes situaciones que se pueden presentar. Sabemos que hay escuelas que trabajan incansablemente junto a los chicos para sortear las dificultades, aunque también hay otras que no saben qué herramientas utilizar y cómo hacerlo. 

La comprensión y el cariño que las maestras o autoridades le pueden dar junto con adaptaciones sencillas en el aula y en la forma de enseñar, pueden hacer que el año escolar sea positivo y feliz para el niño

Los niños con Enfermedades Neuromusculares (ENM) pueden tener dificultades motoras o pueden acompañarse de alguna dificultad para aprender. Es fundamental hacer una adecuada evaluación de cada uno para saber exactamente si tiene o no algún trastorno del aprendizaje y, de ser así, es importante saber cuáles son sus puntos fuertes y cuáles los débiles para poder encarar una enseñanza adecuada. 

Las dificultades motoras de los chicos pueden ser muy variables: desde presentar solamente dificultad para correr hasta trastornos para mover la mayor parte del cuerpo. Sin embargo son, ante todo, niños con las mismas necesidades físicas, emocionales, sociales y educacionales que sus pares. 

La escolaridad cumple una función mucho más amplia que adquirir nuevos aprendizajes.

Ir a la escuela ofrece, también, un espacio para el contacto con otros chicos, el intercambio social, el juego, reconocer, aceptar y obedecer a otras autoridades además de a los padres y permite la adquisición de nuevos vínculos. 

Iniciar cualquier tipo de escolaridad marca un momento muy importante en la vida familiar: es el despegue. Es decir, el momento donde sí o sí la familia debe tomar distancia física con el niño y es el inicio del camino hacia la independencia. 

Muchos padres están tentados de pedir (y muchos lo hacen) una escuela domiciliaria donde los maestros, con suerte, van a la casa dos o tres veces por semana y allí les enseñan. Es cierto que con este sistema solucionan algunos problemas como transporte, horarios, adaptaciones, conflictos personales, etc. Sin embargo, esta conducta hace que el niño se aísle y viva su vida como amenazante, favoreciendo la inhibición y la inseguridad que ya les da su propia discapacidad. Además, los hace sumamente dependientes, fundamentalmente de las madres. Nosotros creemos que, salvo en situaciones especiales, esta escolaridad es sumamente perjudicial. Los niños en la escuela, y también en su vida cotidiana, deben realizar tareas que dominen y de las cuales puedan estar orgullosos.

La alegría de los chicos es la base de su aprendizaje y es el mejor antídoto contra las alteraciones emocionales y los trastornos de conducta. La felicidad y el bienestar debe provenir de las actividades diarias, de la compañía de otros chicos, de las tareas realizadas con éxito y del juego.

¿Cómo elegir una escuela apropiada para los niños con dificultades motoras?

 Debemos tener en cuenta algunos aspectos, los detallamos:

1- La accesibilidad física. Se recomienda visitar la escuela y preguntar por las aulas de todos los grados, las posibilidades de mudar a planta baja los diferentes grados si fuera necesario, y chequear si los baños y/o comedor están adaptados. 

2- Evaluar la predisposición de docentes y directivos (psicopedagogos y psicólogos si hubiera gabinete) para colaborar y, a veces, aprender a trabajar con los principales problemas de socialización que estos niños presentan. 

3- Es importante, en lo posible, que los grados tengan menos de 20 o 25 niños, así la maestra tendrá más tiempo para cada niño. Además, suma que cuente con un gabinete escolar donde puedan orientarla en las situaciones problemáticas que ella no pueda resolver. 

4- Siempre decir la verdad y no esconder datos. Es muy difícil para los padres exponer las dificultades de sus hijos. Siempre es preferible que, si la escuela no puede o no quiere hacerse cargo, lo sepan antes de comenzar el año para evitar que se encuentren a mitad del ciclo con una mala relación, sin continencia,y deban cambiarlo de escuela. 

5- Por último, la escuela donde fueron los papás tal vez no sea la adecuada para sus hijos, tengan en cuenta las sugerencias anteriores.

Empezaron las clases, ¿qué pasa en el recreo?

Una vez comenzadas las clases, los recreos son a veces momentos conflictivos para los chicos. Adaptar el juego no es difícil, hace falta creatividad, flexibilidad y como siempre ganas de hacerlo. Lo importante es que sepa que, a pesar de sus limitaciones, puede participar en cualquier juego con otros niños

Los juegos de mesa, más sedentarios, son buenos porque los chicos están en igualdad de condiciones. Pero no deben ser los únicos, se puede organizar un área especial en un rincón del patio con mesitas y diferentes juegos. Siempre debe estar supervisado por un maestro o asistente.

Generalmente en el aula, e inclusive en un juego de grupo, los chicos con discapacidad motora son aceptados e integrados por los otros niños si no se rodea de misterios y se explica al grupo abiertamente, en forma clara y sencilla, la dificultad del niño. Esto lo puede hacer la maestra, una psicopedagoga o inclusive la mamá junto con el niño. 

¿De qué hablamos cuando hablamos de inclusión?

Muchas veces se confunde igualdad de oportunidades y se tiende a pensar que la simple concurrencia del niño a una escuela común permite una inclusión automática, sin que sea necesaria ninguna adecuación particular. No se trata de poner físicamente a un niño en un aula común sin tener en cuenta la realidad del niño. 

La inclusión es un proceso complejo y se debe evaluar al niño no solo respecto de sus dificultades motoras sino también a sus posibilidades de aprender, a su personalidad y al resto de sus características como individuo. 

Existen aún muchas personas que creen que los niños con trastornos motores tienen también retardo mental. Si bien en algunos casos la enfermedad que causa la dificultad motora también produce algunas dificultades en el aprendizaje, la mayoría de los niños con trastornos motores tienen una inteligencia normal. 

Ahora sí, ¡esperamos que tengan un gran año de clases! Con experiencias positivas y mucho aprendizaje. 

Esta nota fue realizada con el asesoramiento de la Dra. Lilia Edith Mesa, Neuróloga Infantil y Profesora de Neurociencias Universidad Favaloro. Esta información no reemplaza la consulta médica. 

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